Un temor ha comenzado a recorrer el sector inmobiliario: el desembarco de empresas poco profesionales. La aparición de estas compañías, de filosofía oportunista y que vienen a coger la ola del ciclo positivo, está creando inquietud entre algunas de las grandes firmas consolidadas, recelosas de que puedan afectar -para mal- a la remozada imagen empresarial, que tanto ha costado recuperar, de una actividad que está siempre en la picota.